El corredor gringo Josef Newgarden, del equipo Penske, se llevó por segundo año seguido las 500 Millas de Indianápolis, dándole a la icónica escudería de Roger Penske su vigésima victoria en esta famosa carrera.

El comienzo de esta edición se retrasó debido a la lluvia. Hubo momentos en los que parecía que la carrera en Indianápolis tendría que posponerse para el lunes en lugar del domingo, como se había planeado originalmente.
Los pronósticos meteorológicos indicaban que habría fuertes tormentas eléctricas y mucha lluvia justo en el momento en que empezaba la carrera, y así fue. Por precaución, debido al peligro de los rayos, evacuaron las gradas, donde había más de 300,000 personas.
Después de esperar cuatro horas más de lo planeado, finalmente comenzó la carrera con las palabras habituales: «Caballeros, enciendan sus motores».
Pero justo al comenzar la competencia, hubo un gran accidente en el que se vieron envueltos Tom Blomqvist de Gran Bretaña, Marcus Ericsson de Suecia, Pietro Fittipaldi de Brasil y Callum Illott de Estados Unidos, lo que resultó en los primeros retiros de la carrera.
Como siempre, la carrera icónica fue emocionante de principio a fin, con un desenlace verdaderamente emocionante.
Pato O’Ward de Arrow McLaren lideraba en la última vuelta, con Newgarden justo detrás. En una maniobra increíble, Newgarden logró adelantarlo por fuera justo antes del final, asegurando así su segunda victoria consecutiva. Mientras tanto, el mexicano tuvo que conformarse nuevamente con el segundo lugar, como ya había hecho en el 2022. La diferencia final fue mínima, apenas 0,3417 segundos.
El australiano Scott Dixon de Chip Ganassi Racing terminó tercero en el podio, llegando apenas 0,9097 segundos después del ganador. Le siguieron el estadounidense Alexander Rossi de Arrow McLaren y el español Alex Palou de Chip Ganassi Racing. El neozelandés Scott McLaughlin de Penske, que había arrancado desde la posición de privilegio, quedó en sexto lugar.